Poder Popular

Poder Popular

lunes, 12 de septiembre de 2011

A Marx se le olvidó un derecho del ser humano.


Un reconocido periodista, experto en materia petrolera, dijo en una entrevista televisada, lo siguiente: “A Marx se le olvido un derecho del ser humano: quien más trabaja debe ganar más”. Pero antes había dicho: “El socialismo o el comuismo no tiene capacidad de rectificar mientras que el capitalismo sí tiene sus mecanismos de defensa”.
¿Serán ciertas las dos afirmaciones que hizo el periodista en un canal de televisión?
Vayamos a las realidades objetivas o verdades verdaderas. Comencemos por el principio. En el mundo actual, explotadores y explotados, opresores y oprimidos, hablan de derechos humanos acusándose los unos a los otros de defenderlos o de serles violados. Vivimos, incluso, una época donde el cinismo se adorna de fraternidad, el sadismo de solidaridad, el victimario se pone la capa de la víctima para justificar su crimen; es decir, reina la mentira en perjuicio de la verdad, la contradicción en daño de la armomía. Por eso vemos casos de un gobernante que se atribuye la potestad de ordenar la invasión a otra nación para adueñarse de la riqueza que no le pertenece y alegar que lo hace en nombre de la defensa y el respeto a los derechos humanos; o, simplemente, con escalofrío e indignación escuchamos a un mercenario que asesina a mansalva a sus víctimas solicitar, cuando se encuentra indefenso o capturado, que le respeten sus derechos humanos. Ese es el mundo que ha creado la globalización capitalista salvaje.
En este mundo no existe persona, independiente de su nivel de conocimientos o posición de clase social, que no hable de sus derechos humanos. Pero la inmensa mayoría de la población del planeta, así lo creo, desconoce que Marx es –hasta el sol de hoy- quien mejor ha escrito sobre derechos humanos y no necesitó para ello emborronar miles de cuartillas sino que lo hizo, de manera magistral y científica, en un texto bastante reducido en número de páginas y que, lamentablemente, muchísimos de sus críticos, no se han ocupado de estudiarlo: “Sobre la cuestión judía”.
Decir que a Marx se le olvidó un derecho del ser humano, para hacernos creer que el socialismo o el comuismo es un régimen antihumano y destinado al fracaso, es una falacia, es una gran mentira. Nadie, en este mundo, como Marx hizo un análisis tan profundo, tan dialéctico y tan científico de los derechos humanos. Si una persona dice que a Marx se le olvidó un derecho del ser humano tenemos que creer que ciertamente algo ha leído de sus obras pero, al mismo tiempo, debemos creer –por lo menos- que algo de esas obras ha dejado de leer por una u otra razón o motivo. “El capital”, por ejemplo y sin que yo lo haya leído en su mayor parte debido a que no poseo el nivel de conocimientos para entenderlo íntegramente, es una inmensa compilación, un gfran análisis, estudio, reflexión científica de los derechos humanos y, especialmente, de los que corresponden al proletariado y que son vulnerados grotescamente por los amos del capital o, mejor dicho, por el capitalismo. Así lo creo, interpretando como derechos humanos, más naturales que políticos, entre otros: los de la vida, la libertad, la solidaridad, el trabajo, la felicidad, la educación, la salud, la recreación, de pensamiento, de expresión, de juicio o, mejor decir: todo lo que haga real la ausencia más absoluta de la esclavitud social. Y esos derechos humanos van mucho más allá de los derechos humanos descubiertos por ideólogos estadounidenses y franceses para joderse en los pueblos explotados y oprimidos. Pues, los que quieran saber de derechos humanos no tienen más que ir a la lectura y estudio de ese maravilloso trabajo científico y dialéctico del camarada Marx mencionado arriba. Para que no se nos olvide: “Sobre la cuestión judía”.
Acá vamos es a referirmos a ese derecho que el reconocido periodista y experto en materia petrolera nos dijo que se le olvidó a Marx: “Quien más trabaja debe ganar más que el que menos trabaja”.
Empecemos por decir que ese es un criterio, por ahora aceptemos que sea un derecho humano en todo el sentido de la palabra, que contiene una mitad de verdad y una mitad de mentira. El salario, por lo menos para un marxista o socialista, no debe limitarse exclusivamente a la cantidad de tiempo de trabajo sino, igualmente, a la calidad de lo producido. El capitalista, por el contrario, tasa el salario, por lo general, sin tomar en consideración el tiempo socialmente invertido por el trabajador para producir mercancías sino, especialmente, por el principio de pagar menos por la mayor cantidad de trabajo productivo. Y mucho menos toma en cuenta, para pagar salarios, la elevación continua, por los mismos capitalistas, de los precios de las mercancías de primera necesidad para la existencia humana; es decir, eso que se llama inflación. Las luchas económicas, la existencia de sindicatos, los contratos colectivos, las huelgas económicas, son pruebas irrefutables de esas realidades. ¿Será verdad eso que estoy diciendo? Bueno, por lo menos, así lo creo. Precisamente, para contrarrestar un poco la mala política salarial que aplican los capitalistas para perjudicar a sus trabajadores, nació la consigna: “Escala móvil de salarios”. Que por cierto, en casi ningún país del mundo se aplica. Claro, la mayor culpa la tiene el proletariado por no restearse a luchar por sus reivindicaciones. Los obreros de una fábrica, por ejemplo, trabajan y se sacrifican mucho más que el patrón de la misma pero, sin embargo, éste se queda con la mayor parte de la ganancia de lo producido porque al trabajador no le remunera su plustrabajo. Entonces, ¿quién viola el derecho del ser humano de que a más trabajo más debe ganar: el obrero o el patrón?
Lamentablemente, muchos políticos y economistas confunden la fase socialista con la que Marx denominó comunista. No pocos de los que fueron gobernantes en los países que se llamaron socialistas, cayeron igualmente en esa trampa de erróneas interpretaciones. Marx no tiene culpa alguna en esos berenjenales. No pocos, por ejemplo, han confundido la fórmula que utilizó Marx para caracterizar el comunismo: de cada uno según su capacidad, a cada uno según sus necesidades como un principio del socialismo. Craso error. Marx tampoco tiene culpa alguna en ello.
Marx tuvo un concepto muy elevado del socialismo y por ello creía que éste era superior al capitalismo desde su comienzo. Claro, Marx creyó que el socialismo triunfaría, primero, en las tres naciones más avanzadas de suy tiempo: Francia, Alemania e Inglaterra. Y en cosas de conceptos sobre trabajo y salario, Marx les sigue llevando una morena a todos los economistas de este mundo reunidos en un mismo saco si se quiere y sin faltarle el respeto ni desconociendo los méritos de nadie. Marx estudió y explicó científicamente todas las formas de trabajo y todas las expresiones del salario. Tratar de encontrar o elaborar conceptos nuevos sobre los mismos, execrando los de Marx, sería como ponerse a encontrar una aguja en un pajal que cubre todo el desierto del Sahara.
Si en algo, con una luz más clara que la que le brinda el sol al día, el marxismo es científico es en eso de caracterizar al socialismo y, especialmente, en relación con el trabajo y el salario. Precisamente, el marxismo, ese que legó a la humanidad el camarada Marx para que sirviera –especialmente- como guía de acción al proletariado revolucionario para transformar la sociedad y conquistar su emancipación social, enseña que para construir el socialismo son indispensables, al decir del camarada Trotsky y tiene razón: “Dos palancas deben servir para reglamentar y adaptar el plan: una palanca política, creada por la participación real de las masas en la dirección, lo que no se concibe sin democracia…; y una palanca financiera resultante de la verificación efectiva de los cálculos a priori, por medio de un equivalente general, lo que es imposible sin un sistema monetario estable”. Mejor dicho y en otros términos, como igualmente lo señala el camarada Trotsky: “… el éxito de una edificación socialista no se concibe sin que el sistema planificado esté integrado por el interés personal inmediato, por el egoísmo del productor y del consumidor, factores que no pueden manifestarse útilmente si no disponen de ese medio habitual, seguro y flexible, el dinero. El aumento del rendimiento del trabajo y la mejora en la calidad de la producción son absolutamente imposibles sin un patrón de medida que penetre libremente en todos los poros de la economía, es decir, una firme unidad monetaria”. Para buen entendedor, pocas palabras: de allí está clarito deducir que a mayor cantidad de trabajo mayor salario y, especialmente, cuando se trata de mejor calidad lo producido. Marx nunca dijo que leyes de la revolución burguesa jamás podrían ser aplicadas por una revolución proletaria. Lo que sí dijo Marx es que en el comunismo –segunda fase- quien pretenda cobrar salario por trabajo realizado, está fuera de foco. El dinero desaparece en el desarrollo del modo de producción comunista como también las clases sociales y el Estado con todos sus aditamentos. Que muchos o pocos no lo crean por ahora, es otra cosa. Lo más seguro es que las generaciones, por lo menos de más de diez años de edad, actuales no lleguemos a vivir esa realidad.
El socialismo no está en capacidad de garantizar que cada uno trabaje según su capacidad y que cada uno reciba según sus necesidades y, mucho menos, lo está el capitalismo que se nutre de robarle el plustrabajo al obrero para quedarse íntegramente con la plusvalía. En el socialismo el trabajo debe ser remunerado con un salario que tiene que ser mucho más justo que en el capitalismo, porque aquel establece condiciones socioeconómicas más favorables para la vida humana que noson posible conquistarlas en el capitalismo más democrático del mundo. En el socialismo, mientras sea necesario el salario por trabajo realizado, éste no pierde su carácter de explotado o de esclavitud. Sépase que el salario, de acuerdo al trabajo y sea o no en el socialismo, lo dijo Trotsky y tiene razón, “…está calculado, en realidad, en interés del trabajo , en detrimento del manual y, sobre todo, del trabajo no cualificado. Es una causa de injusticia, de opresión y de coerción para la mayoría, de privilegios y de para la minoría”. En definitiva: el problema no está en que quienes trabajen más, ganen más. No, el problema esencial de este tiempo es que se ha hecho indispensable la conquista de la emancipación del ser humano para que pueda reinar la libertad por encima de la necesidad.
Y sobre la segunda afirmación hecha por el reconocido periodista y experto en materia petrolera de que “El socialismo o el comuismo no tiene capacidad de rectificar mientras que el capitalismo sí tiene sus mecanismos de defensa”, basta con decir pocas palabras para desmentirlo con argumentos irrefutables. Debemos entender Estados y gobernantes por capitalismo y socialismo para poder hablar de mecanismos de defensa o de rectificación. La Comunidad Primitivatuvo sus mecanismos de defensa y eso no evitó que le desplazara el Esclavismo. Este también tuvo los suyos pero tampoco evitó que le sustituyera el Feudalismo. Este igual los tuvo pero no pudo evitar que lo desplazara el Capitalismo. Este, ciertamente, tiene los suyos pero no podrá evitar que lo supere el Socialismo. Este, también tiene los suyos aunque no lo crea el reconocido periodista y experto en materia petrolera, pero eso no evitará que la fase comunista lo desplace y al Comunismo, lógicamente, lo sustituirá otro modo de producción aunque tenga sus mecanismos de defensa. Así será siempre hasta que un día el género humano y la Tierra sobre la que vive, desaparezcan para confirmar por última vez en este planeta que todo lo que nace es digno de morir. En fin: el capitalismo podrá rectificar millardos de veces pero lleva en su entraña los gérmenes de su propia destrucción. Y eso no lo pueden evitar las voluntades de los gobernantes del capitalismo, porque ningún modo de producción, como nada de lo existente, posee los mecanismos olos dobes divinos de defensa para ser eternos en la vida. Es todo.
Para finalizar, una pregunta y cada lector que la responda a su manera: ¿Qué potencia imperialista no viola el derecho a la autodeterminación de los pueblos, sin el cual los otros derechos humanos no valen un pito..

No hay comentarios:

Ideas y propiedad

El capitalismo todo lo desintegra, lo fragmenta, de esta manera impide que lo derrote su gran enemigo: el Socialismo integrador. Se podría resumir la lucha actual como la batalla por la integración social contra la desintegración.


Los clásicos postulaban como tesis central: "Los hombres, al establecer las relaciones sociales con arreglo al desarrollo de su producción material, crean también los principios, las ideas y las categorías conforme a sus relaciones sociales."

Se establece así un vínculo entre las formas económicas y la producción de las ideas, de la conciencia. De allí que las formas de propiedad de los medios de producción que adopte la Revolución, tendrán relación con la conciencia y con las ideas que en ellas se soporten.

A su vez, las formas de propiedad que adopte la Revolución son determinadas por la ideología. Se desprende que es necesario establecer las influencias ideológicas en el proceso bolivariano, de las formas económicas y la conciencia que de ellas emanen.

Somos un país capitalista rentista con una inmensa franja excluida, un proletariado pequeño, una clase media importante, una burguesía parasitaría de la renta, heredera de la oligarquía antibolivariana enriquecida con el sudor y la sangre de la esclavitud. Tenemos una fuerte influencia cultural de la metrópolis gringa.

Pero además, somos una sociedad con historia de rebeldía: se puede establecer un hilo de continuidad entre las batallas de liberación contra el imperio español, la lucha contra las oligarquías y la Revolución actual.

Esta sociedad no ha estado aislada del movimiento revolucionario mundial. El sentimiento revolucionario internacionalista siempre nos acompaña. Carlos Aponte participó junto a Guiteras en las batallas contra la tiranía en Cuba y en la Nicaragua de Sandino, Gustavo Machado fue oficial del ejército Sandinista que se enfrentó al imperio en Centroamérica, fue también junto a su hermano Eduardo fundador del Partido Comunista de Cuba.

Siempre se recordará el secuestro del Coronel del ejército gringo Smolen, para pedir la libertad de Nguyễn Văn Trỗi, finalmente fusilado por la invasión gringa en Vietnam.

La ebullición intelectual del mundo revolucionario siempre ha llegado hasta nosotros: libros, películas, charlas y militantes de las revoluciones mundiales han tocado estas tierras.

Este es el caldo de cultivo en el que crece la Revolución Bolivariana, es fácil deducir la feroz lucha ideológica que sucede en torno a las formas económicas. Variadas ideologías encuentran asidero y soporte en nuestra heterogénea realidad. Veamos.

Muchos hablan a favor de la propiedad capitalista, pero de forma avergonzada o engañadora. La mayoría de las propuestas son formas de propiedad "colectivas" que, al no ser sociales, siempre terminarán enfrentadas al Estado y al Gobierno Revolucionario.

Al lado de esto existen formas de propiedad social, y emerge una nueva forma de propiedad que va más allá de lo social, la Propiedad Patria integradora, ésta abarca en su concepto al sentimiento profundo de las luchas que vienen desde nuestros Libertadores. Así la Propiedad Patria pertenece a todos nosotros, pero también a la historia y al futuro de las generaciones.

¡Con Chávez Resteaos!

Las Reservas Internacionales y la postura de la MUD.

La denuncia de los voceros de la oposición venezolana sobre el manejo de las Reservas Internacionales por parte del Banco Central de Venezuela y el Ejecutivo Nacional, son temerarias e irresponsables, con una falta de rigor profesional, científico y ético en el tratamiento de uno de los temas más sensibles al sistema económico de la nación.

Al divulgar información reservada y clasificada como secreta o confidencial de manera estándar por los Bancos Centrales del mundo, la oposición antinacional buscaba producir un perjuicio por adelantado al país, al intentar debilitar decisiones de política monetaria y financiera del BCV. La ley del instituto emisor venezolano en sus artículos 39 y 40 legisla sobre tal particularidad, y en el 42, fija el procedimiento para que la Asamblea Nacional o sus Comisiones accedan a los documentos clasificados por el directorio del BCV.

La banca central del mundo tiene como practica universal un manejo prudente en lo que a información publica se refiere de la colocación de las reservas internacionales y de las condiciones financieras de esas operaciones. El vocero de la MUD ha podido ejercer su derecho democrático para criticar las decisiones del banco central, lo cuestionable es que por egolatría protagónica de a los medios de comunicación nacional e internacional un documento con información de estado. Horas después la agencia internacional calificadora de riego Standard & Poor¨s rebajó la nota crediticia a nuestro país, alegando una supuesta “inseguridad política”; Tal hecho es demasiada coincidencia y parece formar parte de la reiniciada campaña de desprestigio contra el gobierno bolivariano por parte de la derecha internacional con sus parlantes nacionales, a estos últimos sin importarles nada si la economía pudiera ser afectada.

La Mesa de la Unidad Democrática miente a la nación al señalar una supuesta operación para “mudar en secreto” las reservas internacionales. El BCV esta autorizado por ley, junto con el Jefe del Estado, para administrar con los criterios de seguridad, confiabilidad y transparencia las Reservas Internacionales. Lo de fondo es que el BCV y nuestro gobierno bolivariano actúan correctamente al evaluar los actuales escenarios de grave crisis financieras y presupuestaria en el mundo capitalista industrializado, particularmente Estados Unidos de Norteamérica y Europa, para de esta manera, proteger nuestro principal activo externo de esta crisis, que por cierto, ha quebrado desde 2008 al presente, a 254 Bancos e Instituciones financieras sólo en los Estados Unidos de Norteamérica.

Evaluar la colocación de reservas en economías emergentes, con crecimiento económico sustentable y menos vulnerables a la actual crisis capitalista tiene sentido estratégico, más aun si estas adelantan procesos concretos de cooperación e integración económica y financiera con nuestro país, éste es el caso de China, Brasil y Rusia. La MUD esta tan subordinada y entregada a los intereses de los Estados Unidos de Norteamérica que obvia los cambios planetarios que han llevado por ejemplo a la China a ser la segunda potencia económica y ser uno de los primeros acreedores de EEUU con mas de un trillón de dólares en títulos del Tesoro americano, así como poseer mas de tres trillones de sus reservas en la moneda dólar; o que todos los países de UNASUR discuten ahora mismo mecanismos, en el marco de una nueva arquitectura financiera regional, para coordinar el manejo de las Reservas Internacionales, protegerlas y garantizar con ellas la soberanía financiera de Suramérica.

Con crasa ignorancia sobre la materia la oposición política venezolana envía un mensaje desestabilizador de la economía cuando tienen el tupe de afirmar “que el dólar, el euro y la libra esterlina dejaran de ser el respaldo del bolívar” por los movimientos de reserva que estudia aplicar el BCV. Nada más falso y burdo dado que en cualquier escenario futuro, las Reservas Internacionales siempre estarán constituidas con monedas reservas de valor que le sirvan a nuestra economía al acceder al mercado mundial para adquirir alimentos, medicamentos o cumplir con compromisos financieros como la deuda externa.

Es totalmente reprochable que los voceros de la MUD con estas afirmaciones buscaran una reacción adversa de los mercados financieros con relación a nuestros títulos y bonos externos. Las reservas estén donde estén seguirán siendo reservas internacionales. Lo que se puede discutir es la seguridad de esas colocaciones por lo que es recomendable utilizar a la banca central de los países señalados, ello guardaría correspondencia con criterios que no privilegian la rentabilidad, concepto que comparto.

En igual sentido, nada más absurdo que esta oposición díscola y antipatria escandalizaran con relación a la decisión que el BCV tenga bajo custodia en sus bóvedas el oro monetario que le pertenece. Todos los venezolanos y venezolanas de buena fe, patriotas, nacionalistas, bolivarianos, respaldamos la repatriación de las toneladas de oro pertenecientes a la República que están en los países industrializados; esto no es otra cosa que un acto de soberanía nacional.

Es incomprensible esta actitud, es un oposicionismo a ultranzas, ciego, desprendido del sentido común y del interés de patria. La izquierda venezolana siempre cuestionó que un componente importante del oro monetario venezolano estuviera bajo custodia de instituciones financieras extranjeras. Es del interés nacional que ese 58% del total del oro bajo administración del BCV regrese a las bóvedas de éste. ¿ A quien afecta esta medida?. Argumentar que trasladar las mas de 200 toneladas de oro, la mayoría desde Europa, es un riesgo porque el barco puede hundirse, es un disparate que no merece discutirlo. Lamentablemente la oposición venezolana vuelve a asumir el papel de procónsules de instituciones financieras extranjeras, ocho exactamente, que hoy custodian nuestro oro. Que vergüenza.

Esta nueva campaña contra el país será derrotada. El pueblo de Venezuela y sus organizaciones bases del poder popular respaldan y le dan la confianza a nuestro Banco Central y al Presidente Hugo Chávez en el manejo de nuestras Reservas Internacionales. Ellas están en buenas manos.

El replanteo

En el cuadro geopolítico latinoamericano hay signos de un inminente nuevo salto de calidad. Diferente al vivido en la primera década del siglo XXI; con menos definiciones estratégicas y por eso, tal vez, menos energía transformadora. Aun así, sumados ambos pondrían a la región en un nivel cualitativamente superior al actual, replanteando incluso los parámetros de la política internacional.

Signos semejantes hay, claro, en todo el mundo. La diferencia es que entre el Río Bravo y la Patagonia un conjunto de países que estructuran la región cuentan con una formación económico-social homogénea y desarrollo capitalista relativamente elevado. Sobre todo, tienen a su favor una poderosísima combinación de experiencia histórica y realización reciente, posible de sintetizar en una bella y sugerente palabra: Alba. Pese a todos los intentos en contrario, los países componentes de la Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América están afianzándose, cada uno en su propia experiencia y como nuevo bloque regional.

Ahora es posible esperar la irrupción de otro conjunto, con diferencias entre sí y respecto del Alba, entrelazados por una dinámica convergente impulsada por dos motores principales: los efectos de la crisis mundial del capitalismo y la necesidad de tomar distancia de las políticas con las que Estados Unidos y la UE pretenden contrarrestarla.

Esa segunda oleada, por demás heterogénea, está encabezada por Perú. Le siguen dos países que en apariencia podrían ubicarse en galaxias diferentes, pero en los hechos han comenzado a ser arrastrados por la combinación de crisis en los centros del capital, agotamiento de sus sistemas de poder y efecto en las masas del ejemplo del Alba: Chile y Colombia. Esos tres países signarán el cambio en el próximo período.

A la zaga viene Argentina, donde fuerzas agazapadas se disputan la definición a izquierda o derecha de la estrategia nacional. Algo semejante ocurre con México, más atenazado aún que el país austral por el riesgo de disgregación. En otro plano, distante y más estable, en vano a la busca de un lugar entre las grandes potencias capitalistas, está Brasil. Paraguay y Uruguay, condicionados por sus dos grandes vecinos, oscilan entre el Alba y la quimera capitalista
Capitalismo en cesación de pagos

Inestable expresión de este replanteo es la Celac. La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños traduce en términos geopolíticos la impotencia imperialista. Esa relación de fuerzas tomara forma en Caracas en fecha a determinar (inicialmente fijada el 9 de diciembre, coincide con la asunción al día siguiente del próximo gobierno argentino).

En la segunda década del siglo XXI ya son escombros irreconocibles los planes de ocupación del mercado latinoamericano avanzados por la Cumbre Iberoamericana y la Cumbre de las Américas, en función de las estrategias de la Unión Europea y Estados Unidos, respectivamente. Esas estrategias, implementadas como parte de la lucha interimperialista en el último tramo de los 1990, fueron neutralizadas por el accionar de un bloque latinoamericano encabezado por Venezuela, quedaron fuera de combate entre 2005 y 2008.

En ese punto irrumpió la crisis estructural del capitalismo y tres años después, los gemidos de Barack Obama, las peleas a cuchillo entre Angela Merkel y Nicolás Sarkozy, la amenaza cotidiana de que Estados Unidos caiga en cesación de pagos (eso significa default) y la UE vea la desaparición del euro y el estallido de su bloque, sencillamente inhabilitan a los dos mayores centros imperialistas para disputarse entre ellos y con las burguesías locales el control y usufructo del capitalismo hemisférico o, dicho de otro modo, el saqueo de la plusvalía regional.

El espectáculo de Demócratas y Republicanos estadounidenses peleando por la extensión o no del endeudamiento, los pasos de ebrios de los presidentes europeos frente al colapso griego, indican la fractura de las burguesías imperialistas. No pueden ya imponer una línea de acción única y coherente en sus ámbitos directos, mucho menos pueden hacerlo en otras regiones, donde las clases dominantes tambalean y temen la amenaza de la revolución.

No se trata del desfasaje de las cuentas fiscales en Washington o los cimbronazos del colapso financiero en Grecia. Esos son apenas síntomas. La causa reside en otro lado: el sistema capitalista está en quiebra. El desconcierto divide a la burguesía imperialista y acentúa esa división entre sus socios menores en América Latina. Las clases dominantes de la región miran espantadas los hipotéticos efectos de medidas de saneamiento como las que el capital adopta ahora en Estados Unidos y la UE. Alguien lo decía con palabras elocuentes un siglo atrás: “los de arriba ya no pueden”.

Por esa brecha avanza el replanteo estratégico. No hace falta abundar sobre la fragilidad de posturas nacidas del desconcierto y el temor. Tampoco acerca del momento táctico que ese conjunto revuelto ofrece a un bloque armado de una estrategia antimperialista y anticapitalista.

En efecto, la impotencia de las metrópolis y la crisis del sistema alumbra la Celac, en tanto la larga y multifacética historia de lucha de los pueblos latinoamericanos y caribeños ha plasmado en el Alba. Ese diferencial ubica a la región como potencial nueva vanguardia, en un momento de crisis global sin precedentes.

LA CANALLA GOLPISTA

A sólo meses de las elecciones, el tema que predomina es el golpe. La disputa del poder copa la escena. El hecho no necesita más explicación. Los gringos piden buscar salidas paraelectorales, acelerar la embestida contra el pueblo, la Revolución, el Comandante Chávez. Y la contrarrevolución, sumisa, da cumplimiento a las órdenes recibidas, conspira, ya las funciones están repartidas. Veamos.

El encargado de sembrar el desencanto en la base escuálida es teodoro, para eso habla de Generales que darán un golpe si Chávez pierde, que el gobierno no cree en elecciones, que prepara desconocimiento. De esta manera coloca la lucha política en otro escenario, justifica la conspiración contrarrevolucionaria, preparan el ambiente internacional.

Los militares retirados son los encargados del susurro a los activos, siembran cizaña, intentan desprestigiar a oficiales, despiertan ambiciones, aumentan errores y descuidos.

En otros sectores intentan huelgas como esa de los transportistas, sacada de la manga, forzada, es obligatorio pensar que era un globo de ensayo. Ya sabemos de la conexión de este sector con la embajada gringa. Los médicos crean malestar, los guarimberos amenazan. En la mesa contrarrevolucionaria aparece con fuerza el componente golpista. oswaldo alvarez es su vocero más conspicuo, piden renuncia.

La canalla golpista está activa, sus plumíferos abonan la idea golpista, quien no lo perciba es un ingenuo. El cuadro político se desliza aceleradamente hacia terrenos de confrontación. Lo electoral, si bien no desaparece aún del escenario, cada día languidece. La contrarrevolución se sabe derrotada en las elecciones, entrampada en una Asamblea donde no brillan. No consiguen candidato para enfrentar a Chávez, se matan a cuchillo y buscan senderos torcidos.

Los dirigentes revolucionarios ya denuncian la situación. Ahora es necesario prepararnos.

Lo primero es preguntarnos ¿Por qué aceleran el golpe? La respuesta tiene un componente internacional, ya lo hemos tratado: el imperio necesita un éxito, y la cabeza de Chávez es excelente trofeo para subir las encuestas, además de los extraordinarios y estratégicos beneficios económicos.

Además de lo internacional, la misma Revolución ha dado holgura para la ambición golpista. Es necesario blindar ideológicamente a la Revolución, recordemos que toda derrota revolucionaria siempre es precedida por una derrota ideológica. La contrarrevolución se envalentona, sus más pusilánimes plumíferos ahora cantan como gallos porque perciben debilidad ideológica, ambigüedad, deseos de pactos, despliegue de puentes.

Es indispensable movilizar a la masa bolivariana, no son suficientes las declaraciones, no es suficiente mayoría electoral, es necesaria una mayoría actuante, capaz de votar y de salir a la calle, defender la Revolución y al Comandante.

Es necesario acabar con las zancadillitas, las mezquindades y las intrigas menores entre los bolivarianos, subir el nivel del debate, de las declaraciones. Ahora cada paso que se dé, cada intervención pública, influirá en el cuadro golpista. La pirotecnia verbal nos perjudica.

Es imprescindible que los escuálidos sientan que la orden del Comandante será cumplida. El Comandante ordenó: "La respuesta será demoledora." Hoy más que nunca toma vigencia el "Patria Socialista o Muerte".

¡Sin Chávez no hay Socialismo, sin Socialismo no hay Chávez!

El Batallon Intelectual Contrarevolucionarios.

El batallón (negri, hacnecker, dussel, dieterich, mészáros) tiene con Chávez su mayor reto, ya antes habían obtenido éxitos parciales: Porto Alegre consiguió distraer por años las fuerzas revolucionarias, Chiapas fue esperanza desvanecida en el miasma de estas teorías.

La llegada de Chávez destartaló todas estas teorías, había que recomponer el discurso, adecuarlo a la nueva situación, “filosofar” para impedir que la Revolución Bolivariana siguiera su camino de redención.

El batallón se trasladó para acá, rápidamente captó adeptos y posiciones para impulsar sus distracciones. Mientras la batalla fue contra la ultraderecha golpista tuvieron vigencia, pero ya en abril y diciembre, cuando la crisis pedía avanzar, mostraron su carácter reformista.

Cuando Chávez anuncia el antiimperialismo, el anticapitalismo, y calificó a esta Revolución de Socialista, el batallón entendió que había llegado el momento decisivo de la batalla. El objetivo era y es: cómo morigerar las intenciones de cambio, cómo hacerlas inocuas.

Se abre así dentro del proceso una lucha interna entre el reformismo distraccionista y la profundización de la Revolución.

Las proposiciones del batallón brotaron como hongos: foros, libros, las apuntalaban. En economía se propuso de todo para evitar la propiedad social, desde cooperativas, núcleos, Empresas de Producción Social. En lo social influyeron en la fragmentación. En lo político, obstaculizaron la organización del partido. En lo cultural sabotearon la formación, impidiendo el estallido cultural que una Revolución supone.

Sin embargo, la realidad es tozuda y demostró que las teorías del batallón contrarrevolucionario no funcionan. Sus resultados fueron magros: surgió la necesidad de avanzar, el viento de la confrontación obligó a tomar medidas revolucionarias, se profundizó, la Revolución Permisiva fue abreviada.

Ahora las teorías del batallón se hacen más explícitas, sus bases ideológicas aparecen con más claridad, se afilan. Surgen con fuerza tres elementos ya finales.

Primero, la revolución “no es posible”, “es una temeridad”, “es no estar en sintonía con la realidad”, “es muy buena pero es idealista”, “lo real es adaptarse a una especie de socialdemocracia”, a una suerte de “dar poder al pueblo” pero sin poner en jaque al sistema. Así la gente se preocupa sólo por resolver su vivir, su entorno, y no levanta la vista para la sociedad, no enfoca al sistema.

Segundo, aparece el rechazo al Estado, se le tilda de soviético, burgués, y se pretende sustituirlo por formas que fragmentan a la sociedad, la hacen incapaz de acciones políticas.

El tercer elemento, es atacar al líder, ellos saben que no hay Revolución sin líder, así lo dice la historia. Pero, ¿cómo hacerlo si su prestigio es tan grande? La respuesta tiene varias aristas.

Algunos, entre ellos dussel, lo igualan a los líderes socialdemócratas del continente. Así, Lula, Kichner, Tavaré, son iguales a Chávez. A estos gobernantes socialdemócratas los equiparan con la esperanza socialista de esta Revolución Bolivariana. Otros desempolvan la teoría del hiperliderazgo.

Una de las batallas más importante de la Revolución es el enfrentamiento con las teorías de este batallón, desenmascararlas como contrarrevolucionarias.

¡Sin Chávez no hay Socialismo, sin Socialismo no hay Chávez!

Las definiciones

Las definiciones siempre son imperfectas, pero son indispensables. No podemos hablar con seriedad sin haber definido los términos que usamos, éstos generalmente son establecidos de antemano, son consuetudinarios.

Así, cuando decimos "en la tarde nos visitó" la mayoría de las personas entienden de qué se trata. Pero, cuando la comunicación es científica, en ese caso el conglomerado que la usa define los términos con máxima precisión. Tal es el caso de los médicos, para ellos "síndrome" es un término con significación sin ambigüedades. Lo mismo para un ingeniero, el término desbutanización no confunde a los entendidos.

En política la complicación es mayor: se trata de una actividad donde confluyen intereses, cultura, tradición, pugnas grandes y pequeñas, podemos decir que es la actividad más humana de todas las que realiza el hombre. En ella la realidad se confunde con la ficción, las intenciones con los logros, la verdad es escurridiza, la mentira es ética, la experimentación imposible. Es el alma el territorio de la confrontación, lo material a ella está subordinado, el crimen es un instrumento, la manipulación una virtud, y ésta muchas veces un estorbo. Los valores morales son cambiantes, la historia es cátedra escrita por los interesados. Siendo así, las definiciones son más borrosas, pero más necesarias que en cualquier otra área.

En política, por ejemplo, llamar "hijo de puta" a una mala persona puede ser manipulado para significar ofensa a una señora honorable, y de esa manera atacar a un programa de televisión adversario. También "pequeño burgués" puede significar una ofensa que irrita, cuando es un término técnico que indica relación social. Por eso es útil definir cuál es el sentido en que usamos los términos. Veamos.

En política la definición clara, muchas veces y para mucha gente, no es conveniente, no permite el movimiento cómodo, por eso es tildada de dogmática, de rígida, de poco amplia.

Para nosotros, Revolucionario se define fundamentalmente por su posición frente a la propiedad de los medios de producción y de la conciencia. De esta esencia se desprende un conjunto de características, de principios morales y éticos.

Esta definición imperfecta, es instrumento que permite movernos en el mar ambiguo de la política, es guía para la acción.

Siendo así, serán revolucionarias, en el estricto sentido de la palabra, en el sentido técnico, las tesis que postulen que la Revolución es posible, partidarias de la Propiedad Social de los medios de producción administrada por el Estado, y de la Conciencia del Deber Social que con ella se entrelaza, de la integración de la sociedad fragmentada. Éste es el núcleo que determina la búsqueda, la meta.

Entonces, que nadie se sienta ofendido si su teoría no entra en esta definición, que por cierto no es invención nuestra, es decantación de lo mejor del pensamiento revolucionario universal. Que nadie se ofenda, se puede ser una buena persona, siempre al lado de los humildes, pero sus tesis no se pueden clasificar de Revolucionarias.

¡Irreverencia en la discusión, lealtad en la acción!

¡Sin Chávez no hay Socialismo, sin Socialismo no hay Chávez!

VALENTIA Y MOMENTO HISTORICOS

Tener sentido del momento histórico, como señala Fidel en su concepto de Revolución, exige inteligencia para captarlo y una gran valentía para actuar de acuerdo con él, cambiarlo, conducirlo, esa es la pasta de la que están hechos los líderes revolucionarios, eso los diferencia de los políticos desteñidos que se mueven de acuerdo a como sople el viento. Estos no cambian nada, aquellos fundan mundos.

Bolívar entendió su momento histórico, se nutrió de la Revolución Francesa, y de la Rebelión negra de Haití, y a partir de ese entendimiento tuvo la valentía de romper con él mismo, con su clase social mantuana y, como dice Fidel, cambiar lo que tiene que ser cambiado. Luchó por la Independencia, rompió la calma de trescientos años, fue huracán que fundó un tiempo nuevo.

El Libertador fue antiimperialista, como correspondía a su época, emancipó a los esclavos, que era la transformación económica más radical de su siglo, además tenía una visión de Patria Grande que aún luchamos por concretar. Sin duda, Bolívar es un Revolucionario.

Fidel, ese monumento viviente de la Revolución, tiene sentido de su momento histórico, y la valentía para plantearse la Revolución a noventa millas del imperio, en un país con mínimo desarrollo del proletariado. Supo romper dogmas y fundar una República con economía y conciencia socialistas, que hoy es santuario moral de los revolucionarios del planeta.

Con la Revolución Bolivariana y con el Comandante Chávez, hemos avanzado profundo en las transformaciones hacia el Socialismo. Cada día comprendemos más que la economía debe ser controlada por la sociedad a través del Estado Revolucionario, que ese control es requisito indispensable para que el humano le arrebate al capital la conducción de su vida, para que la ganancia deje de ser el centro de la existencia, y el hombre y la naturaleza ocupen su lugar de privilegio.

Recobramos la autoestima, la condición humana que nos elevó a ser ejemplo para el continente. Ahora con el Comandante Chávez, el pueblo encontró un líder que lo resume. Que tiene la inteligencia para entender que el momento histórico reclama la creación de una referencia para la humanidad en la superación del capitalismo, una sociedad que funde y expanda con su ejemplo el Socialismo, que demuestre que es posible elevarse desde las miasmas capitalistas hacia formas de organización liberadoras.

Un líder con la valentía de actuar de acuerdo al sentido del momento histórico, capaz de enfrentar los imperios, y capaz de hacer los cambios de todo lo que debe ser cambiado.

Varias son las muestras de la textura revolucionaria de Chávez, ahora mismo se enfrenta con la estatura de un gigante al Imperio capitalista global. Es uno de los pocos estadistas mundiales que sale en defensa del acosado Kadafi, cuando el mundo escurre el bulto y ve para otra lado ante el genocidio de aquel pueblo bombardeado sin misericordia, ante la ¡cacería criminal! de su gobernante legítimo. Chávez nos llena de orgullo internacionalista al tomar posición junto a la dignidad.

¡Sin Chávez no hay Socialismo, sin Socialismo no hay Chávez!