Poder Popular

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jueves, 15 de septiembre de 2011

11 de septiembre, reflexiones después de una década..

Escribo estas palabras en pleno 11 de septiembre de 2011, diez años después del llamado mayor atentado terrorista de la historia de la humanidad. Es difícil formular cualquier análisis de tipo retrospectivo una vez que casi todo ya fue dicho de dos maneras. Los enunciados públicos, verdaderas piezas propagandísticas de la guerra imperial contra Afganistán y el Irak, ya fueron mil veces reproducidos por los llamados medios empresariales corporativos, en la época muy insuflada por grupos económicos como la News Corp, del hoy parcialmente sin máscaras Rupert Murdoch. Los enunciados no públicos, se hicieron misión en contra de aquellos que se oponen a la tesis de guerras y choques de civilización y rechazan reproducir el imperialismo occidental bajo la forma de “democracia”. Mucho del periodismo y de los análisis políticos de la Internet en escala mundial toman ese partido, al cual este escritor modestamente se vincula, afilia y aporta un grano de arena más.

Todos los que pronunciamos públicamente análisis, impresiones, opiniones y conflictos de opiniones, ya hablamos, y mucho, a lo largo de los últimos diez años, acerca de la década donde la Guerra contra el Terror impuso para el mundo su conflicto sin límite de terrenos y escenarios de operaciones móviles. Esta debe ser nuestra primera reflexión. En una escala de operaciones por encima de la media, los Estados Unidos asumen su vocación imperial y promueven un conflicto en escala planetaria, más allá de los escenarios complejos del Irak (un pantano sin salida alguna) y el escenario conjunto de Afganistán-Pakistán. La “Guerra contra el Terror” es una coordenada para un Estado-Mayor conjunto, este de tipo combatiente, llamado United Special Operations Command (Mando de Operaciones Especiales, equivalente a un Estado-Mayor de Operaciones Especiales, USSOCOM). A través de esta articulación de Grandes Unidades, y el brazo extendido del Joint Special Operations Command (JSOC), el Pentágono incluye una ideología de tipo “Seguridad Nacional” dentro del territorio de los 50 estados que componen el país, construido por el pacto oligárquico de las 13 colonias originarias. Así, la “Guerra contra el Terror” se aplica en escenarios diversos, en escala planetaria, incluyendo el escenario doméstico.

Evaluar los efectos post11 de septiembre para la democracia americana, cuando la avanzada de los neo-conservadores y el estímulo del combate al terror integrista suman fuerzas y atropellan barreras legales y políticas, será objeto de un próximo artículo. El punto obligatorio aquí es citar, sólo para demarcar su relevancia, que la creación del Department of Homeland Security (DHS, equivalente al Ministerio del Interior) reorganiza una serie de agencias federales de los EUA (como el Servicio Secreto, la Inmigración, la Guardia Costera, Patrulla de Fronteras y Aduanas, entre otros) y estas así como el FBI (DEA, ATF, y US Marshals, entre otros), tienen prerrogativas sobre las fuerzas de seguridad de estados, condados y municipios. Esto implica, como mínimo, una tensión permanente entre la disidencia interna, las oposiciones civiles y contestatarias y los macro-designios del complejo industrial-militar y del poderío de los lobbies, como el del petróleo.

Pero, como dije más arriba, el análisis de la política estadounidense post11 de septiembre, ya está destinado a otro texto. El momento es atenernos a otro reflejo después de los atentados y a las guerras de invasión recurrentes provocadas por estos. En escala global, el mundo cambió, es posible que nos estemos aproximándonos a un sistema descentrado –aunque tenga el mando militar directo de un Imperio tipo superpotencia– y cuyas oposiciones a la Globalización Transnacional Capitalista se ven atrapadas, ofuscadas más allá del Occidente, en función de la presencia integrista de un lado (el correcto sería afirmar de los integristas, de los jihadistas) y de la avanzada de la China y el nuevo bloque en formación (donde el Brasil se incluye y avanza), por otro. Y, como una pista interpretativa, esa puede ser una de las grandes modificaciones que vivimos hoy en el planeta en términos de opciones y alternativas.

La tesis del choque de civilizaciones y de las visiones totales del uso de recursos y formas de acumulación en la Tierra no es algo exclusivo del momento en que vivimos. La exacerbación de ese combate, sí lo es. George W. Bush asume un gobierno a través de elecciones como mínimo sospechosas (fraudulentas para algunos críticos, donde me incluyo) y aplica la venganza como lema de su gobierno, garantizando que a pesar de su desastrosa administración fuera reelecto en una victoria arrasadora en 2004. Ya en la carrera electoral de 2008, dos proyectos, uno de tono levemente neo-keynesiano (el de Obama con Joe Biden y la bendición de Hillary y del lobby sionista de la AIPAC), compitiendo con un belicista y héroe de guerra, John Mccain y su impagable candidata la vice, Sarah Palin, apuntó a la necesidad de salida del modelo ya agotado de los EUA. Faltó avisar esa suspensión de pagos de proyecto a los poderes fácticos del Imperio, que hicieron del gobierno de Obama un infierno desastroso, y cuyo gran mérito en la política internacional fue eliminar a Osama Bin Laden.

Retrocediendo el tiempo de la lucha Antiglobalización para comprender

En 11 de septiembre de 2001, cuando los ataques contra las Torres Gemelas, el occidente volvía a respirar a través de una nueva izquierda que resucitaba con discursos renovados o rememorados (como el fortalecimiento de ideas-fuerza libertarias), buscando soluciones para el neoliberalismo arrasador. La China era ya una potencia, pero no tenía la proyección de hoy, aunque ya operara como Chimérica, siendo uno de los mayores compradores de títulos de la deuda estadounidense. Aquel año, al menos en términos de ideario, se forjaban un conjunto de ideas de modo a superar la democracia realmente existente, y se cicatrizaban las heridas de los pocos que aún eran “viudas” del horror societario (distribuctivista sí, pero totalitario), que fuera el “socialismo real”. Hasta la invasión de los EUA a Afganistán, iniciada en octubre de 2001, este país era gobernado –al menos sus centros de poder– por la facción victoriosa de la guerra civil post-derrota y retirada de la antigua Unión Soviética, en 1989 (entonces con largos diez años de penuria en las montañas desérticas en aquel Estado ficticio, siendo de hecho un territorio aún tribal), por un partido de estudiantes (Taleban), cuyos líderes fueron educados en escuelas religiosas (madrastas), con el apoyo financiero de las mismas redes comandadas por sauditas wahabitas (como el Sheik Osama Bin Laden), apoyadas por la CIA durante los años ’80 del siglo XX.

El debate político en el mundo se hace, de nuevo, simplificado, pues de un lado estaría el conjunto de valores occidentales, concomitante con la apología demente al fundamentalismo de mercado y al Estado gendarme. Del otro, la igualmente bestial afirmación de la Umma y de la Avanzada Verde, esta vez bajo la interpretación integrista de la lucha justa en escala global. Hoy, en términos de proyectos globales, tenemos tres opciones fallidas y muchas veces no concurrentes, pero sí complementarias. El fundamentalismo de mercado, cuyo peor de los ejemplos es el fraude con nombre de crisis a partir de la operación de la burbuja inmobiliaria de los EUA; ese neo-bismarckismo (incompleto, es cierto), donde el Estado promueve empresas campeonas nacionales y recibe capitales transnacionales (desde que gestionan empleo directo) y financia el crecimiento a la base de venta de productos primarios, superexplotación de mano de obra o el conjunto de éstas (cómo es la base transversal de los BRICs); o entonces la propuesta aún beligerante y con cierta ascendencia en algunos territorios (como en Somalia, otra derrota estadounidense más), de una interpretación más o menos cerrada del integrismo (ahí se localiza una disputa entre Arabia Saudí e Irán, y la tentativa de influencia de estos Estados sobre las redes jihadistas), en que tampoco se toman en cuenta las libertades individuales y los derechos colectivos no hegemónicos.

En ese promedio del último decenio, vivimos experiencias muy interesantes, como la de Oaxaca (México 2006), y el soplo de esperanza con la Primavera Árabe (“revolución de los jazmines” es un bello neologismo también aplicable), donde se cae la mascara de la falsa oposición entre gobiernos dictatoriales y un Occidente en guerra contra el terror integrista. La guerra clandestina, además de secuestrar (potencialmente a cualquiera y en cualquier parte del planeta), detener sin ninguna legalidad (como en Guantánamo, una aberración jurídica, un enclave imperial en Cuba), y a veces soltar sin juzgar, antes entregaba prisioneros para ser torturados en mazmorras árabes, en países como la Libia de Khadafi, la Siria de Assad y el Egipto de Mubarak. En este intervalo de tiempo el capitalismo desarrolló una solución esencial para las perspectivas neoliberales, cuando el problema de la acumulación económica es muy superior al problema de la libertad política. En este sentido, China apunta hacia los herederos de la Sociedad Mont-Pèlerin y los entusiastas del pacto neo-conservador (como el Tea Party de los EUA, insuflado por la Fox News de Murdoch y cia.), como una salida pinochetista en escala mil veces superior.

La herencia del 11 de septiembre es para el Occidente que se opone a la Globalización Transnacional Capitalista, colocada como un problema a ser superado. No hay como negar el horror integrista; ni tampoco el terror de Estado de la acción imperial en Oriente Medio, en el Magreb y en la Asia Central; ni tampoco la opción de desarrollo capitalista a toda costa, agotando los recursos naturales y profundizando las fusiones y concentraciones de capital (como los proyectos del Plan IIRSA en América Latina y la acción de China en la África). Demarcar un campo de trabajo más allá de estas opciones totales (siendo también, bajo algunos ángulos, totalitarias), es un obstáculo a la política internacional de los movimientos populares y de contestación contra la Globalización Capitalista (hegemonizada por la Mundialización Financiera). El afirmar tal proyecto político, en el que se incluiría la base de la Justicia Social y Libertades Políticas y Derechos Individuales y Colectivos, teniendo como base del desarrollo el respeto por las culturas originarias y el equilibrio en el uso de los recursos naturales; está presente en todos los discursos más o menos legítimos. y a la vez ausente del horizonte de posibilidades a corto plazo.

El 11 de septiembre y la Guerra contra el Terror, como que dieron carta blanca a lo peor de las fuerzas del capitalismo para hegemonizar a la ya pobre cultura política de los EUA. Esto sobre-dimensiona las fuerzas del fundamentalismo de mercado, que arremeten con todo e imponen la inconsecuencia total de sus actos. Un ejemplo de esta demencia fue que sobreviniera, generando desde el centro del sistema el mayor fraude financiero (y fiscal, y societario, y tal vez político) de la humanidad. Un día como hoy, además de respetar la memoria de las víctimas del ataque inhumano y absurdo (¡no hay causa que justifique el ataque contra inocentes!), debería servir para superar la manipulación mediática y la pobreza de los argumentos de liberales estériles, defensores del sistema de mercado y de las instituciones de la democracia representativa (delegativos y superficiales) realmente existentes. Este dibujo de poder fáctico y producción de sentido no genera nada además de un consenso fabricado en industrias de bienes simbólicos, y desarman así lo mejor del espíritu rebelde del Occidente. En estos diez años después de los ataques promovidos por el ex-aliado de los EUA, ya se hace hora de superar esta mentira sistémica alimentada por la desinformación estructural..

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Ideas y propiedad

El capitalismo todo lo desintegra, lo fragmenta, de esta manera impide que lo derrote su gran enemigo: el Socialismo integrador. Se podría resumir la lucha actual como la batalla por la integración social contra la desintegración.


Los clásicos postulaban como tesis central: "Los hombres, al establecer las relaciones sociales con arreglo al desarrollo de su producción material, crean también los principios, las ideas y las categorías conforme a sus relaciones sociales."

Se establece así un vínculo entre las formas económicas y la producción de las ideas, de la conciencia. De allí que las formas de propiedad de los medios de producción que adopte la Revolución, tendrán relación con la conciencia y con las ideas que en ellas se soporten.

A su vez, las formas de propiedad que adopte la Revolución son determinadas por la ideología. Se desprende que es necesario establecer las influencias ideológicas en el proceso bolivariano, de las formas económicas y la conciencia que de ellas emanen.

Somos un país capitalista rentista con una inmensa franja excluida, un proletariado pequeño, una clase media importante, una burguesía parasitaría de la renta, heredera de la oligarquía antibolivariana enriquecida con el sudor y la sangre de la esclavitud. Tenemos una fuerte influencia cultural de la metrópolis gringa.

Pero además, somos una sociedad con historia de rebeldía: se puede establecer un hilo de continuidad entre las batallas de liberación contra el imperio español, la lucha contra las oligarquías y la Revolución actual.

Esta sociedad no ha estado aislada del movimiento revolucionario mundial. El sentimiento revolucionario internacionalista siempre nos acompaña. Carlos Aponte participó junto a Guiteras en las batallas contra la tiranía en Cuba y en la Nicaragua de Sandino, Gustavo Machado fue oficial del ejército Sandinista que se enfrentó al imperio en Centroamérica, fue también junto a su hermano Eduardo fundador del Partido Comunista de Cuba.

Siempre se recordará el secuestro del Coronel del ejército gringo Smolen, para pedir la libertad de Nguyễn Văn Trỗi, finalmente fusilado por la invasión gringa en Vietnam.

La ebullición intelectual del mundo revolucionario siempre ha llegado hasta nosotros: libros, películas, charlas y militantes de las revoluciones mundiales han tocado estas tierras.

Este es el caldo de cultivo en el que crece la Revolución Bolivariana, es fácil deducir la feroz lucha ideológica que sucede en torno a las formas económicas. Variadas ideologías encuentran asidero y soporte en nuestra heterogénea realidad. Veamos.

Muchos hablan a favor de la propiedad capitalista, pero de forma avergonzada o engañadora. La mayoría de las propuestas son formas de propiedad "colectivas" que, al no ser sociales, siempre terminarán enfrentadas al Estado y al Gobierno Revolucionario.

Al lado de esto existen formas de propiedad social, y emerge una nueva forma de propiedad que va más allá de lo social, la Propiedad Patria integradora, ésta abarca en su concepto al sentimiento profundo de las luchas que vienen desde nuestros Libertadores. Así la Propiedad Patria pertenece a todos nosotros, pero también a la historia y al futuro de las generaciones.

¡Con Chávez Resteaos!

Las Reservas Internacionales y la postura de la MUD.

La denuncia de los voceros de la oposición venezolana sobre el manejo de las Reservas Internacionales por parte del Banco Central de Venezuela y el Ejecutivo Nacional, son temerarias e irresponsables, con una falta de rigor profesional, científico y ético en el tratamiento de uno de los temas más sensibles al sistema económico de la nación.

Al divulgar información reservada y clasificada como secreta o confidencial de manera estándar por los Bancos Centrales del mundo, la oposición antinacional buscaba producir un perjuicio por adelantado al país, al intentar debilitar decisiones de política monetaria y financiera del BCV. La ley del instituto emisor venezolano en sus artículos 39 y 40 legisla sobre tal particularidad, y en el 42, fija el procedimiento para que la Asamblea Nacional o sus Comisiones accedan a los documentos clasificados por el directorio del BCV.

La banca central del mundo tiene como practica universal un manejo prudente en lo que a información publica se refiere de la colocación de las reservas internacionales y de las condiciones financieras de esas operaciones. El vocero de la MUD ha podido ejercer su derecho democrático para criticar las decisiones del banco central, lo cuestionable es que por egolatría protagónica de a los medios de comunicación nacional e internacional un documento con información de estado. Horas después la agencia internacional calificadora de riego Standard & Poor¨s rebajó la nota crediticia a nuestro país, alegando una supuesta “inseguridad política”; Tal hecho es demasiada coincidencia y parece formar parte de la reiniciada campaña de desprestigio contra el gobierno bolivariano por parte de la derecha internacional con sus parlantes nacionales, a estos últimos sin importarles nada si la economía pudiera ser afectada.

La Mesa de la Unidad Democrática miente a la nación al señalar una supuesta operación para “mudar en secreto” las reservas internacionales. El BCV esta autorizado por ley, junto con el Jefe del Estado, para administrar con los criterios de seguridad, confiabilidad y transparencia las Reservas Internacionales. Lo de fondo es que el BCV y nuestro gobierno bolivariano actúan correctamente al evaluar los actuales escenarios de grave crisis financieras y presupuestaria en el mundo capitalista industrializado, particularmente Estados Unidos de Norteamérica y Europa, para de esta manera, proteger nuestro principal activo externo de esta crisis, que por cierto, ha quebrado desde 2008 al presente, a 254 Bancos e Instituciones financieras sólo en los Estados Unidos de Norteamérica.

Evaluar la colocación de reservas en economías emergentes, con crecimiento económico sustentable y menos vulnerables a la actual crisis capitalista tiene sentido estratégico, más aun si estas adelantan procesos concretos de cooperación e integración económica y financiera con nuestro país, éste es el caso de China, Brasil y Rusia. La MUD esta tan subordinada y entregada a los intereses de los Estados Unidos de Norteamérica que obvia los cambios planetarios que han llevado por ejemplo a la China a ser la segunda potencia económica y ser uno de los primeros acreedores de EEUU con mas de un trillón de dólares en títulos del Tesoro americano, así como poseer mas de tres trillones de sus reservas en la moneda dólar; o que todos los países de UNASUR discuten ahora mismo mecanismos, en el marco de una nueva arquitectura financiera regional, para coordinar el manejo de las Reservas Internacionales, protegerlas y garantizar con ellas la soberanía financiera de Suramérica.

Con crasa ignorancia sobre la materia la oposición política venezolana envía un mensaje desestabilizador de la economía cuando tienen el tupe de afirmar “que el dólar, el euro y la libra esterlina dejaran de ser el respaldo del bolívar” por los movimientos de reserva que estudia aplicar el BCV. Nada más falso y burdo dado que en cualquier escenario futuro, las Reservas Internacionales siempre estarán constituidas con monedas reservas de valor que le sirvan a nuestra economía al acceder al mercado mundial para adquirir alimentos, medicamentos o cumplir con compromisos financieros como la deuda externa.

Es totalmente reprochable que los voceros de la MUD con estas afirmaciones buscaran una reacción adversa de los mercados financieros con relación a nuestros títulos y bonos externos. Las reservas estén donde estén seguirán siendo reservas internacionales. Lo que se puede discutir es la seguridad de esas colocaciones por lo que es recomendable utilizar a la banca central de los países señalados, ello guardaría correspondencia con criterios que no privilegian la rentabilidad, concepto que comparto.

En igual sentido, nada más absurdo que esta oposición díscola y antipatria escandalizaran con relación a la decisión que el BCV tenga bajo custodia en sus bóvedas el oro monetario que le pertenece. Todos los venezolanos y venezolanas de buena fe, patriotas, nacionalistas, bolivarianos, respaldamos la repatriación de las toneladas de oro pertenecientes a la República que están en los países industrializados; esto no es otra cosa que un acto de soberanía nacional.

Es incomprensible esta actitud, es un oposicionismo a ultranzas, ciego, desprendido del sentido común y del interés de patria. La izquierda venezolana siempre cuestionó que un componente importante del oro monetario venezolano estuviera bajo custodia de instituciones financieras extranjeras. Es del interés nacional que ese 58% del total del oro bajo administración del BCV regrese a las bóvedas de éste. ¿ A quien afecta esta medida?. Argumentar que trasladar las mas de 200 toneladas de oro, la mayoría desde Europa, es un riesgo porque el barco puede hundirse, es un disparate que no merece discutirlo. Lamentablemente la oposición venezolana vuelve a asumir el papel de procónsules de instituciones financieras extranjeras, ocho exactamente, que hoy custodian nuestro oro. Que vergüenza.

Esta nueva campaña contra el país será derrotada. El pueblo de Venezuela y sus organizaciones bases del poder popular respaldan y le dan la confianza a nuestro Banco Central y al Presidente Hugo Chávez en el manejo de nuestras Reservas Internacionales. Ellas están en buenas manos.

El replanteo

En el cuadro geopolítico latinoamericano hay signos de un inminente nuevo salto de calidad. Diferente al vivido en la primera década del siglo XXI; con menos definiciones estratégicas y por eso, tal vez, menos energía transformadora. Aun así, sumados ambos pondrían a la región en un nivel cualitativamente superior al actual, replanteando incluso los parámetros de la política internacional.

Signos semejantes hay, claro, en todo el mundo. La diferencia es que entre el Río Bravo y la Patagonia un conjunto de países que estructuran la región cuentan con una formación económico-social homogénea y desarrollo capitalista relativamente elevado. Sobre todo, tienen a su favor una poderosísima combinación de experiencia histórica y realización reciente, posible de sintetizar en una bella y sugerente palabra: Alba. Pese a todos los intentos en contrario, los países componentes de la Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América están afianzándose, cada uno en su propia experiencia y como nuevo bloque regional.

Ahora es posible esperar la irrupción de otro conjunto, con diferencias entre sí y respecto del Alba, entrelazados por una dinámica convergente impulsada por dos motores principales: los efectos de la crisis mundial del capitalismo y la necesidad de tomar distancia de las políticas con las que Estados Unidos y la UE pretenden contrarrestarla.

Esa segunda oleada, por demás heterogénea, está encabezada por Perú. Le siguen dos países que en apariencia podrían ubicarse en galaxias diferentes, pero en los hechos han comenzado a ser arrastrados por la combinación de crisis en los centros del capital, agotamiento de sus sistemas de poder y efecto en las masas del ejemplo del Alba: Chile y Colombia. Esos tres países signarán el cambio en el próximo período.

A la zaga viene Argentina, donde fuerzas agazapadas se disputan la definición a izquierda o derecha de la estrategia nacional. Algo semejante ocurre con México, más atenazado aún que el país austral por el riesgo de disgregación. En otro plano, distante y más estable, en vano a la busca de un lugar entre las grandes potencias capitalistas, está Brasil. Paraguay y Uruguay, condicionados por sus dos grandes vecinos, oscilan entre el Alba y la quimera capitalista
Capitalismo en cesación de pagos

Inestable expresión de este replanteo es la Celac. La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños traduce en términos geopolíticos la impotencia imperialista. Esa relación de fuerzas tomara forma en Caracas en fecha a determinar (inicialmente fijada el 9 de diciembre, coincide con la asunción al día siguiente del próximo gobierno argentino).

En la segunda década del siglo XXI ya son escombros irreconocibles los planes de ocupación del mercado latinoamericano avanzados por la Cumbre Iberoamericana y la Cumbre de las Américas, en función de las estrategias de la Unión Europea y Estados Unidos, respectivamente. Esas estrategias, implementadas como parte de la lucha interimperialista en el último tramo de los 1990, fueron neutralizadas por el accionar de un bloque latinoamericano encabezado por Venezuela, quedaron fuera de combate entre 2005 y 2008.

En ese punto irrumpió la crisis estructural del capitalismo y tres años después, los gemidos de Barack Obama, las peleas a cuchillo entre Angela Merkel y Nicolás Sarkozy, la amenaza cotidiana de que Estados Unidos caiga en cesación de pagos (eso significa default) y la UE vea la desaparición del euro y el estallido de su bloque, sencillamente inhabilitan a los dos mayores centros imperialistas para disputarse entre ellos y con las burguesías locales el control y usufructo del capitalismo hemisférico o, dicho de otro modo, el saqueo de la plusvalía regional.

El espectáculo de Demócratas y Republicanos estadounidenses peleando por la extensión o no del endeudamiento, los pasos de ebrios de los presidentes europeos frente al colapso griego, indican la fractura de las burguesías imperialistas. No pueden ya imponer una línea de acción única y coherente en sus ámbitos directos, mucho menos pueden hacerlo en otras regiones, donde las clases dominantes tambalean y temen la amenaza de la revolución.

No se trata del desfasaje de las cuentas fiscales en Washington o los cimbronazos del colapso financiero en Grecia. Esos son apenas síntomas. La causa reside en otro lado: el sistema capitalista está en quiebra. El desconcierto divide a la burguesía imperialista y acentúa esa división entre sus socios menores en América Latina. Las clases dominantes de la región miran espantadas los hipotéticos efectos de medidas de saneamiento como las que el capital adopta ahora en Estados Unidos y la UE. Alguien lo decía con palabras elocuentes un siglo atrás: “los de arriba ya no pueden”.

Por esa brecha avanza el replanteo estratégico. No hace falta abundar sobre la fragilidad de posturas nacidas del desconcierto y el temor. Tampoco acerca del momento táctico que ese conjunto revuelto ofrece a un bloque armado de una estrategia antimperialista y anticapitalista.

En efecto, la impotencia de las metrópolis y la crisis del sistema alumbra la Celac, en tanto la larga y multifacética historia de lucha de los pueblos latinoamericanos y caribeños ha plasmado en el Alba. Ese diferencial ubica a la región como potencial nueva vanguardia, en un momento de crisis global sin precedentes.

LA CANALLA GOLPISTA

A sólo meses de las elecciones, el tema que predomina es el golpe. La disputa del poder copa la escena. El hecho no necesita más explicación. Los gringos piden buscar salidas paraelectorales, acelerar la embestida contra el pueblo, la Revolución, el Comandante Chávez. Y la contrarrevolución, sumisa, da cumplimiento a las órdenes recibidas, conspira, ya las funciones están repartidas. Veamos.

El encargado de sembrar el desencanto en la base escuálida es teodoro, para eso habla de Generales que darán un golpe si Chávez pierde, que el gobierno no cree en elecciones, que prepara desconocimiento. De esta manera coloca la lucha política en otro escenario, justifica la conspiración contrarrevolucionaria, preparan el ambiente internacional.

Los militares retirados son los encargados del susurro a los activos, siembran cizaña, intentan desprestigiar a oficiales, despiertan ambiciones, aumentan errores y descuidos.

En otros sectores intentan huelgas como esa de los transportistas, sacada de la manga, forzada, es obligatorio pensar que era un globo de ensayo. Ya sabemos de la conexión de este sector con la embajada gringa. Los médicos crean malestar, los guarimberos amenazan. En la mesa contrarrevolucionaria aparece con fuerza el componente golpista. oswaldo alvarez es su vocero más conspicuo, piden renuncia.

La canalla golpista está activa, sus plumíferos abonan la idea golpista, quien no lo perciba es un ingenuo. El cuadro político se desliza aceleradamente hacia terrenos de confrontación. Lo electoral, si bien no desaparece aún del escenario, cada día languidece. La contrarrevolución se sabe derrotada en las elecciones, entrampada en una Asamblea donde no brillan. No consiguen candidato para enfrentar a Chávez, se matan a cuchillo y buscan senderos torcidos.

Los dirigentes revolucionarios ya denuncian la situación. Ahora es necesario prepararnos.

Lo primero es preguntarnos ¿Por qué aceleran el golpe? La respuesta tiene un componente internacional, ya lo hemos tratado: el imperio necesita un éxito, y la cabeza de Chávez es excelente trofeo para subir las encuestas, además de los extraordinarios y estratégicos beneficios económicos.

Además de lo internacional, la misma Revolución ha dado holgura para la ambición golpista. Es necesario blindar ideológicamente a la Revolución, recordemos que toda derrota revolucionaria siempre es precedida por una derrota ideológica. La contrarrevolución se envalentona, sus más pusilánimes plumíferos ahora cantan como gallos porque perciben debilidad ideológica, ambigüedad, deseos de pactos, despliegue de puentes.

Es indispensable movilizar a la masa bolivariana, no son suficientes las declaraciones, no es suficiente mayoría electoral, es necesaria una mayoría actuante, capaz de votar y de salir a la calle, defender la Revolución y al Comandante.

Es necesario acabar con las zancadillitas, las mezquindades y las intrigas menores entre los bolivarianos, subir el nivel del debate, de las declaraciones. Ahora cada paso que se dé, cada intervención pública, influirá en el cuadro golpista. La pirotecnia verbal nos perjudica.

Es imprescindible que los escuálidos sientan que la orden del Comandante será cumplida. El Comandante ordenó: "La respuesta será demoledora." Hoy más que nunca toma vigencia el "Patria Socialista o Muerte".

¡Sin Chávez no hay Socialismo, sin Socialismo no hay Chávez!

El Batallon Intelectual Contrarevolucionarios.

El batallón (negri, hacnecker, dussel, dieterich, mészáros) tiene con Chávez su mayor reto, ya antes habían obtenido éxitos parciales: Porto Alegre consiguió distraer por años las fuerzas revolucionarias, Chiapas fue esperanza desvanecida en el miasma de estas teorías.

La llegada de Chávez destartaló todas estas teorías, había que recomponer el discurso, adecuarlo a la nueva situación, “filosofar” para impedir que la Revolución Bolivariana siguiera su camino de redención.

El batallón se trasladó para acá, rápidamente captó adeptos y posiciones para impulsar sus distracciones. Mientras la batalla fue contra la ultraderecha golpista tuvieron vigencia, pero ya en abril y diciembre, cuando la crisis pedía avanzar, mostraron su carácter reformista.

Cuando Chávez anuncia el antiimperialismo, el anticapitalismo, y calificó a esta Revolución de Socialista, el batallón entendió que había llegado el momento decisivo de la batalla. El objetivo era y es: cómo morigerar las intenciones de cambio, cómo hacerlas inocuas.

Se abre así dentro del proceso una lucha interna entre el reformismo distraccionista y la profundización de la Revolución.

Las proposiciones del batallón brotaron como hongos: foros, libros, las apuntalaban. En economía se propuso de todo para evitar la propiedad social, desde cooperativas, núcleos, Empresas de Producción Social. En lo social influyeron en la fragmentación. En lo político, obstaculizaron la organización del partido. En lo cultural sabotearon la formación, impidiendo el estallido cultural que una Revolución supone.

Sin embargo, la realidad es tozuda y demostró que las teorías del batallón contrarrevolucionario no funcionan. Sus resultados fueron magros: surgió la necesidad de avanzar, el viento de la confrontación obligó a tomar medidas revolucionarias, se profundizó, la Revolución Permisiva fue abreviada.

Ahora las teorías del batallón se hacen más explícitas, sus bases ideológicas aparecen con más claridad, se afilan. Surgen con fuerza tres elementos ya finales.

Primero, la revolución “no es posible”, “es una temeridad”, “es no estar en sintonía con la realidad”, “es muy buena pero es idealista”, “lo real es adaptarse a una especie de socialdemocracia”, a una suerte de “dar poder al pueblo” pero sin poner en jaque al sistema. Así la gente se preocupa sólo por resolver su vivir, su entorno, y no levanta la vista para la sociedad, no enfoca al sistema.

Segundo, aparece el rechazo al Estado, se le tilda de soviético, burgués, y se pretende sustituirlo por formas que fragmentan a la sociedad, la hacen incapaz de acciones políticas.

El tercer elemento, es atacar al líder, ellos saben que no hay Revolución sin líder, así lo dice la historia. Pero, ¿cómo hacerlo si su prestigio es tan grande? La respuesta tiene varias aristas.

Algunos, entre ellos dussel, lo igualan a los líderes socialdemócratas del continente. Así, Lula, Kichner, Tavaré, son iguales a Chávez. A estos gobernantes socialdemócratas los equiparan con la esperanza socialista de esta Revolución Bolivariana. Otros desempolvan la teoría del hiperliderazgo.

Una de las batallas más importante de la Revolución es el enfrentamiento con las teorías de este batallón, desenmascararlas como contrarrevolucionarias.

¡Sin Chávez no hay Socialismo, sin Socialismo no hay Chávez!

Las definiciones

Las definiciones siempre son imperfectas, pero son indispensables. No podemos hablar con seriedad sin haber definido los términos que usamos, éstos generalmente son establecidos de antemano, son consuetudinarios.

Así, cuando decimos "en la tarde nos visitó" la mayoría de las personas entienden de qué se trata. Pero, cuando la comunicación es científica, en ese caso el conglomerado que la usa define los términos con máxima precisión. Tal es el caso de los médicos, para ellos "síndrome" es un término con significación sin ambigüedades. Lo mismo para un ingeniero, el término desbutanización no confunde a los entendidos.

En política la complicación es mayor: se trata de una actividad donde confluyen intereses, cultura, tradición, pugnas grandes y pequeñas, podemos decir que es la actividad más humana de todas las que realiza el hombre. En ella la realidad se confunde con la ficción, las intenciones con los logros, la verdad es escurridiza, la mentira es ética, la experimentación imposible. Es el alma el territorio de la confrontación, lo material a ella está subordinado, el crimen es un instrumento, la manipulación una virtud, y ésta muchas veces un estorbo. Los valores morales son cambiantes, la historia es cátedra escrita por los interesados. Siendo así, las definiciones son más borrosas, pero más necesarias que en cualquier otra área.

En política, por ejemplo, llamar "hijo de puta" a una mala persona puede ser manipulado para significar ofensa a una señora honorable, y de esa manera atacar a un programa de televisión adversario. También "pequeño burgués" puede significar una ofensa que irrita, cuando es un término técnico que indica relación social. Por eso es útil definir cuál es el sentido en que usamos los términos. Veamos.

En política la definición clara, muchas veces y para mucha gente, no es conveniente, no permite el movimiento cómodo, por eso es tildada de dogmática, de rígida, de poco amplia.

Para nosotros, Revolucionario se define fundamentalmente por su posición frente a la propiedad de los medios de producción y de la conciencia. De esta esencia se desprende un conjunto de características, de principios morales y éticos.

Esta definición imperfecta, es instrumento que permite movernos en el mar ambiguo de la política, es guía para la acción.

Siendo así, serán revolucionarias, en el estricto sentido de la palabra, en el sentido técnico, las tesis que postulen que la Revolución es posible, partidarias de la Propiedad Social de los medios de producción administrada por el Estado, y de la Conciencia del Deber Social que con ella se entrelaza, de la integración de la sociedad fragmentada. Éste es el núcleo que determina la búsqueda, la meta.

Entonces, que nadie se sienta ofendido si su teoría no entra en esta definición, que por cierto no es invención nuestra, es decantación de lo mejor del pensamiento revolucionario universal. Que nadie se ofenda, se puede ser una buena persona, siempre al lado de los humildes, pero sus tesis no se pueden clasificar de Revolucionarias.

¡Irreverencia en la discusión, lealtad en la acción!

¡Sin Chávez no hay Socialismo, sin Socialismo no hay Chávez!

VALENTIA Y MOMENTO HISTORICOS

Tener sentido del momento histórico, como señala Fidel en su concepto de Revolución, exige inteligencia para captarlo y una gran valentía para actuar de acuerdo con él, cambiarlo, conducirlo, esa es la pasta de la que están hechos los líderes revolucionarios, eso los diferencia de los políticos desteñidos que se mueven de acuerdo a como sople el viento. Estos no cambian nada, aquellos fundan mundos.

Bolívar entendió su momento histórico, se nutrió de la Revolución Francesa, y de la Rebelión negra de Haití, y a partir de ese entendimiento tuvo la valentía de romper con él mismo, con su clase social mantuana y, como dice Fidel, cambiar lo que tiene que ser cambiado. Luchó por la Independencia, rompió la calma de trescientos años, fue huracán que fundó un tiempo nuevo.

El Libertador fue antiimperialista, como correspondía a su época, emancipó a los esclavos, que era la transformación económica más radical de su siglo, además tenía una visión de Patria Grande que aún luchamos por concretar. Sin duda, Bolívar es un Revolucionario.

Fidel, ese monumento viviente de la Revolución, tiene sentido de su momento histórico, y la valentía para plantearse la Revolución a noventa millas del imperio, en un país con mínimo desarrollo del proletariado. Supo romper dogmas y fundar una República con economía y conciencia socialistas, que hoy es santuario moral de los revolucionarios del planeta.

Con la Revolución Bolivariana y con el Comandante Chávez, hemos avanzado profundo en las transformaciones hacia el Socialismo. Cada día comprendemos más que la economía debe ser controlada por la sociedad a través del Estado Revolucionario, que ese control es requisito indispensable para que el humano le arrebate al capital la conducción de su vida, para que la ganancia deje de ser el centro de la existencia, y el hombre y la naturaleza ocupen su lugar de privilegio.

Recobramos la autoestima, la condición humana que nos elevó a ser ejemplo para el continente. Ahora con el Comandante Chávez, el pueblo encontró un líder que lo resume. Que tiene la inteligencia para entender que el momento histórico reclama la creación de una referencia para la humanidad en la superación del capitalismo, una sociedad que funde y expanda con su ejemplo el Socialismo, que demuestre que es posible elevarse desde las miasmas capitalistas hacia formas de organización liberadoras.

Un líder con la valentía de actuar de acuerdo al sentido del momento histórico, capaz de enfrentar los imperios, y capaz de hacer los cambios de todo lo que debe ser cambiado.

Varias son las muestras de la textura revolucionaria de Chávez, ahora mismo se enfrenta con la estatura de un gigante al Imperio capitalista global. Es uno de los pocos estadistas mundiales que sale en defensa del acosado Kadafi, cuando el mundo escurre el bulto y ve para otra lado ante el genocidio de aquel pueblo bombardeado sin misericordia, ante la ¡cacería criminal! de su gobernante legítimo. Chávez nos llena de orgullo internacionalista al tomar posición junto a la dignidad.

¡Sin Chávez no hay Socialismo, sin Socialismo no hay Chávez!